Tengo la sensación de haber convivido o coexistido pacíficamente siempre con el robo. Ya son 34 años que me gasto y hoy en la Feria del Libro (un evento que en República Dominicana una gran cantidad de personas hace de todo menos comprar libros) me daba cuenta gracias a un verso de un poema de Manuel del Cabral, poeta dominicano, que siempre he estado expuesto al "robo con fuerza".
Vengo de un país robado y vivo en un país robado, donde nos han secuestrado la democracia, la educación y la voz; donde la conciencia crítica y la lucidez ha sido arropada por la inmediatez de ver "qué se come y que se cena en el día de hoy", donde importa más el olvido de todo, que la memoria histórica que nos permita comprometernos...
Desde niño me enseñaron a mentir robándome la posibilidad de decir lo que quisiera sin importarme un carajo una maestra "comunista", que lo único que quería era aplastar a los otros para ganarse un televisor a color ruso, que un profesor de bachillerato acosándonos para que aceptáramos la militancia en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas: Un cuerpo desunido de jóvenes "chivatos" que dicen ser "comunistas" y que sólo tratan de hacerse "la vida un yogourt" entre ellos y pensar en las marcas que hay a 90 millas del país.
Me embarqué (nunca mejor utilizado este término para lo que voy a contar) en una empresa una vez, cuando decidí ser sacerdote donde la estrategia era "ser los mejores", "los más inteligentes" "los que más años estudiamos" "los que más pensamos": vanidad de vanidades y no caí en la cuenta que el mal me rondaba "sub angelo lucis" (bajo la apariencia de ángel de luz) y así en unos "añitos" me robaron a la fuerza, la esperanza de que hay otros mundos, otros espacios... y el plan b y c que todo ser humano debe contemplar, lejos de los paternalismos y la falacia de ser poseedores de la "quintaesenciada" verdad y sabiduría.
Nos han robado a todos... nos han robado a América Latina entre robo y robo, sin darnos casi cuenta: "poquito a poco", "chin a chin"... Andan caudillos por ahí tratando de confundir pidiendo que nos "embarquemos" con ellos. Tenga cuidado no se deje amordazar, cuide su voz. Lo que parece "Maduro, no lo está y nunca lo estará" "no se acueste a dormir junto a la serpiente" . Hoy la poesía de Manuel del Cabral me ha hecho pensar: "¿Quién ha matado a este hombre que su voz no está enterrada".
"Hay muertos como raíces
que hundidas... dan fruto al ala.
¿Quién ha matado estas manos, este sudor, esta cara?
Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja"...
Asi mismo Edell, los ladrones andan sueltos por Latinoamerica y ya no son simples hurtos, ahora son robos con violencia e intimidación a las personas
ResponderEliminarCoincido en general con el autor, pero "Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en si el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana". Solo la union de los hombres con decoro permitira borrar las miserias humanas de nuestros pueblos.
ResponderEliminarLa voz es lo unico que no nos pueden hurtar. Lo que parece recto, se tuerce en la ignominia y la injusticia de sociedades arropadas de corrupcion, donde el lamento de los de abajo se confunde con el grito del politico en promesas y arengas demagogicas. Nos van robando la capacidad de asombro... Que no nos roben nuestra dignidad !
ResponderEliminarSus comentarios iluminan mucho!!! Muy agradable constatar que "dar (les) la palabra" y la escucha - es hacer voz plural y enriquecer lo compartido...
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