sábado, 25 de mayo de 2013

"Camagüey y la Fiesta de los disfraces ultramodernos"

"No tengo que correr por que la prisa
     puede que le haga daño a los cimientos".
Tony Ávila
Las prisas y los desatinos, nunca han sido elegantes. Eso me lo decía  mi papá, que además fue historiador y creyó siempre en los procesos y en esa máxima de "saber de dónde vienes, para que sepas a dónde vas". Me decía ante mis prisas juveniles: "Mi'jo no corras, que la prisa no es elegante". Hoy me he acordado de mi papá al ver una foto de la ciudad de Camagüey;  mi ciudad, esa que yo llamo utilizando una imagen del cantautor español, ya fallecido Antonio Vega: "El sitio de mi recreo".
La foto es una muestra preocupante de lo que yo he titulado como: "La fiesta de los disfraces ultramodernos"  en la que se dan cita los siguientes invitados:

1. Los embadurnadores de la ciudad: Son aquellos que "embarran" la "suave comarca de pastores y sombreros" con una especie de acuarelas (que ellos llaman pinturas) que a merced de tres aguaceros primaverales, se puede notar como chorrea aquel "embarro" por las paredes de una ciudad que más que alegrarse: llora.

2. Los dilapidadores del Patrimonio Cultural de la Humanidad: Son aquellos que presos por la idea del cambio a "bajo costo" danzan al compás disonante de la antihistoria y de la antiestética. Estos suelen ser altamente nocivos y peligrosos. Martin Heidegger en su ensayo: El origen de la obra de arte  nos hace caer en la cuenta de que una obra de arte en sí misma expuesta es la que nos hace ver la verdad de "la cosa en sí" o entender la verdad. En este caso entender la verdad de nuestra ciudad: lo que ella es, lo que nos dice sin hablar, sin tener que escribir un Tratado, es posible gracias a su patrimonio artístico que se va viendo cada vez más en entredicho.

3. Los espectadores deslumbrados por el carnaval y los colores chorreados: Estos son de sumo cuidado también. Me refiero a los camagüeyanos de dentro y los de fuera, esos que exclaman: "bella mi ciudad", "viva el progreso" "no hay otra mejor" ... se me ocurre que son frases excelentes para una especie de reguetón salsero que incorpore además algunos de los estribillos de las congas camagüeyanas como: "Por puta, por descará, te metiste a jinetera porque no tenías na'... Es una urgencia  grande la que tiene Cuba de parar con el mal gusto iniciado desde hace 54 años por un gobierno que ha dilapidado la belleza.

Esto es un S.O.S: Se acaba el Patrimonio y la Historia de nuestra ciudad. En esta década perdí la Iglesia de la Soledad, esa vieja, hermosa y madre con sus ladrillos, que de niño toqué con las manos embarradas de helado de chocolate; hoy es un kake entintado de color rojizo y mamey, chorreados por los aguaceros de mayo. 
Esta es la misma Iglesia donde se bautizó: Gertrudis Gómez de Avellaneda (poetisa), Carmen Zayas Bazán (esposa de José Martí) y donde contrajeron nupcias: Amalia Simoni Argilagos e Ignacio Agramonte y Loynaz. El Mayor.
Los adoquines de la Calle Estrada Palma (al costado de la misma Iglesia) han sido levantados para sustituirlos por una hermosa capa de asfalto que nos remite al desarrollo. Creo que yo me he quedado gustoso, por aquellos años haciendo uso de mi imaginación y viendo a Amalia Simoni e Ignacio Agramonte de novios caminando sobre el adoquinado y jurándose amor eterno.
Ahhh!!! casi se me olvida: Tengo una amiga que cuando le dije que estaban retirando los adoquines de las calles de Camagüey, fue y me consiguió uno con un obrero constructor cubano,  que se lo entregó y la miró con cara de quien duda: o está loca o lo quiere para alguna cazuela de santo.

Lo cierto es que con estas acciones: recordar, escribir, poner el corazón, tocar los afectos, guardar un adoquín... quiero contrarrestar a: embadurnar, untar, chorrear, arrasar, la falsa estética, la falsa idea del progreso, el anti - Patrimonio, la anticultura... Esto no es el sitio de mi recreo, esto no es mi ciudad, esta no es mi obra de arte.

Martin Heidegger escribió también, algo de gran actualidad: "En verdad, el escultor se sirve de la piedra, así como el albañil la maneja a su manera. Pero el escultor no gasta la piedra. Esto sólo sucede en cierto modo cuando la obra fracasa. También el pintor se sirve del colorante, pero de manera que no se gasta el color, sino haciéndolo lucir. También el poeta se sirve de la palabra, pero no como los que hablan o escriben habitualmente, gastando las palabras, sino de manera que la palabra se hace y queda como una palabra".

No gastemos el color, las piedras, la obra de arte, la ciudad: Sirvámosla como se merece, haciéndola lucir, como palabra que queda...

Calle Estrada Palma "sin adoquines" los cines Encanto y Casablanca
 entintados y  al fondo: Iglesia de La Soledad entintada de rojo y mamey.



domingo, 12 de mayo de 2013

"Con todo el amor a la reparadora de mis sueños y fuente de mis respuestas"

No podía dejar de escribirle a mi madre hoy...  
Yo la he considerado toda la vida mi reparadora de sueños, porque cuando tuve las peores caídas de la vida... esas donde casi no queda nadie, excepto esos amigos de siempre que  se saltan cualquier situación para estar junto a tí; ella siempre se mantuvo al pie de los desvelos y en las horas más fuertes de melancolías.
Luego de ella morir me fui a uno de los mejores psiquiatras de la ciudad (siempre he sido una persona que se da cuenta- gracias a Dios- del momento en que está) pues me percaté que en ese momento sólo me salvava un buen especialista, buen especialista que no era: ni curas, ni monjas, ni Iglesia, ni padre, ni oración, ni Dios.
Es curioso, hay una pregunta de aquel hombre que provoca en mí una respuesta que si bien en un momento fue drama, hoy es la certeza mayor de lo que Pedro Casaldáliga llama "el alumbramiento sangrante de la esperanza", porque claro está, un hombre de trayectorias serias, jamás debe creer en una esperanza rosa... La esperanza tiene un costo y en ocasiones nos exige la vida.
Me preguntó este doctor que luego se convierte en un buen amigo: ¿Quién fue tu madre para ti?
Y yo sin darme cuenta, contesto desgarrado por dentro: "Ella fue la vida y las respuestas de ella"...

Evidentemente, de mi respuesta se infiere que el que se relacionó conmigo durante ese año de duelo, habló con un muerto existencial (que dicho sea de paso, creo que es la peor de las muertes) pero a su vez esta respuesta, me hace despegar y encontrar nuevamente el sentido de la vida, comprendiendo a fondo, que no hay nada más grande en el mundo que una madre,  y que todas las pérdidas hasta ese momento eran insignificantes en comparación con ella;  que la mejor vocación y la que nunca se debe abandonar es ser buen hijo, más allá de los conceptos y las palabras construidas...
Entendí que el mejor homenaje que le pueden hacer los hijos vivos a sus madres ausentes es heredar la condición que hasta ese momento fue la obra de ellas: reparar sueños y ser respuestas.
Mi mamá me  acunó varias veces con canciones muy hermosas que he recordado hoy, pero se me antoja una especialísima: "El reparador de sueños" de Silvio Rodríguez.

Para mi mamá fui esa "personita feliz" y ella para mí lo fue también. Recuerdo aquellas horas que me parecían eternas esperando a que mi madre llegara del trabajo para que "llegara hasta el salón principal donde está el motor que mueve la luz" o para que  "se acabara  el silencio y apareciera el trino", siempre laborando con las "herramientas de aflojar los odios y apretar amores"...

jueves, 2 de mayo de 2013

"Volver a las raíces desde Céspedes y Agramonte".

Ignacio Agramonte y Loynaz
Volver a las raíces es un leit motiv en mi vida  de emigrante, de exiliado y de extranjero... Quizás hoy con un amplio significado, porque estoy lejos de la patria que me llevó en su seno durante algunos años y porque en el exterior el sentimiento exacerba de alguna manera el sentido de pertenencia a ese lugar donde transcurrieron años importantes de nuestra historia de vida .
Siempre me han llamado la atención aquellos cubanos que me han precedido y que me "halan" de alguna manera a través del hilo de la historia para convertirme en cauce de justicia,  solidaridad, y verdad.

Algunos rasgos distintivos de Ignacio Agramonte y Carlos Manuel de Céspedes se me develan como una imagen desiderativa: "del querer y del deseo" para generar de alguna manera acciones efectivas que prefiguren esa patria querida y deseada del futuro.

 José Martí quien mejor ha descrito a Ignacio Agramonte y a Carlos M. de Céspedes dirá con           acierto:
"El extraño puede escribir estos nombres sin temblar, o el pedante, o el ambicioso: el buen cubano, no. De Céspedes el ímpetu, y de Agramonte la virtud. El uno es como el volcán, que viene, tremendo e imperfecto, de las entrañas de la tierra; y el otro es como el espacio azul que lo corona. De Céspedes el arrebato, y de Agramonte la purificación. El uno desafía con autoridad como de rey; y con fuerza como de la luz, el otro vence. Vendrá la historia, con sus pasiones y justicias; y cuando los haya mordido y recortado a su sabor, aún quedará en el arranque del uno y en la dignidad del otro, asunto para la epopeya". (Martí, José. "Céspedes y Agramonte". En Cintio Vitier: Cuadernos martianos II. Pueblo y Educación, 1997. pp. 5-10)
Este es un texto que nos da lecciones muy útiles e inspiradoras que pudiéramos retenerlas en nuestra conciencia en forma de preguntas:
¿Qué situaciones actuales de Cuba nos invitan al ímpetu y a la virtud? Podemos pensar en estos dos rasgos como complementos de nuestro querer y hacer. Algunos pasajes cotidianos en el día a día cubano necesitan ser denunciados con el ímpetu del profeta y la virtud de la prudencia, que es fronesis y al optar por ella, es preciso clarificar que no estamos dando a entender que hay que asentir y pactar con las estructuras injustas y aniquiladoras de la libertad. En estos momentos en Cuba continúan en huelga de hambre varios cubanos y cubanas y hasta menores de edad, exigiendo de esta triste manera,  respeto a sus derechos y a su dignidad humana, aplastada, reducida y abandonada como un insecto kafkiano.
¿Cómo ser volcán que viene tremendo e imperfecto, de las entrañas de la tierra y ser espacio azul que lo corona?
Es una imagen que moviliza y compromete: el volcán posee fuerza, viene tremendo de las entrañas de la tierra. Es importante rescatar estas palabras y resignificarlas para despertar en las cubanas y los cubanos su capacidad de indignación, de conquista y de lucha. La vida en la Cuba actual se ha convertido en un suceso de días tras otros sin llegar a acontecer, entendiéndose por acontecer, una vida celebrada desde la dignidad que debe ser conquistada en ocasiones con la valentía de ese emerger tremendo de las entrañas de la tierra,  para que una vez conquistada y rescatada, pueda ser coronada con el espacio azul de la esperanza.
¿ Qué es la autoridad y la fuerza de la luz para vencer?
Carlos Manuel de Céspedes
Estas palabras y muchas otras se han convertido en consignas huecas y estériles en la sociedad cubana. La autoridad emana de la transparencia que nos sugiere esa fuerza y  libertad de la luz y que nos invita a mirar la crisis del gobierno cubano, al utilizar mecanismos de control que debemos aprender a desactivar: vencer el totalitarismo, las represiones del yo, el deterioro del bien común, la ruptura de los lazos familiares, el miedo como estrategia de control absoluto.

El  asunto de Cuba es de epopeya, de construir la verdadera memoria, la del cubano digno  que no permite ser mordido ni recortado por una historia oficial e impuesta; si no que reconoce en el "arranque" de Céspedes y en la dignidad de Agramonte, que la pelea se vuelve a ganar con la vergüenza.