lunes, 29 de abril de 2013

"Cuba, mi casa heredada y la Memoria del corazón"


Entiendo que la memoria del corazón tiene  un  artificio -como dice Gabriel García Márquez- de borrar los malos recuerdos y magnificar los buenos.
Sin embargo hay cosas que conviene sostener en el recuerdo a través de los años...
La memoria histórica viva y presente es la capacidad que tienen los seres humanos de no improvisar en el futuro y de no cometer los mismos errores del pasado. El presente se revela como una razón vital para fecundar desde el lugar de la herencia que debe ser reconocido para lanzarlo al porvenir.

Tony Ávila, destacado cantautor matancero de la Nueva Trova cubana en su hermosa canción "Mi casa" nos alerta de la necesidad que tiene la casa de cambios. La urgencia de cambiar "viejas cerraduras", aquellas "paredes que están de más" y la intuición vital de "consultar con (los) hermanos los cambios que a la casa sobrevienen".
Cuba es el lugar heredado, la casa, pero es necesario un cambio de cerraduras, derribar ciertas paredes que han limitado el paso hacia modelos sostenibles de participación, de equidad y justicia que nos permitan constituirnos una sociedad resiliente, que no es más que la capacidad que tienen los seres vivos de volver a la estabilidad después de una perturbación.
Se me ocurre que Cuba está viva, pero en crisis desde hace unos 54 años, por esta razón es importante “ver con la memoria del corazón” las actitudes, esfuerzos y aquellas interacciones que debemos priorizar en orden a la futura estabilidad.
Nos corresponde examinarlo todo con la mayor astucia posible. “No siempre lo que aparenta estar maduro, lo está”… 

En Cuba, entre los infinitos  riesgos que se corren, hay uno que nos puede "pasar cuentas" en un futuro y es que la fragilidad de la memoria no vea de manera renovada y sin resentimientos, la oportunidad de no volver sobre los esquemas reductores y cosificadores de la existencia.
Llevamos la marca de un gobierno que ha instalado en nuestro interior el chip del Síndrome de la desesperanza adquirida y el de la indefensión. Necesitamos la capacidad de indignación, frente a los que han convertido nuestra casa en un lugar tormentoso y perturbador… Volver a la casa, mirando hacia atrás, prudentemente, sin quedarnos en el pasado; mirando el presente sin tanto hoy que nos limite la visión del futuro, es la posibilidad de legar un hogar donde se escuche la voz de todos y no el monólogo de un dictador, donde se busque ser hijos y ser hermanos, desterrando la estupidez histórica de un solo discurso oficial y delirante que nos ha dividido.

Asumiré que soy el heredero
ya que tengo esta casa por fortuna
la casa que no cambio por ninguna
y en donde están las cosas que más quiero…
(Tony Ávila. Mi casa)

1 comentario:

  1. Muy buena entrada, me ha gustado mucho. Escribes muy bien. Felicitaciones.

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