jueves, 20 de febrero de 2014

Queman mi bandera en Venezuela. Degradación del símbolo.

Subyace en medio de la desesperación del pueblo venezolano, en varios grupos de protestas la ausencia de discernimiento, una falta de conciencia crítica e incluso hasta una adecuada formación ciudadana.
Habla un cubano que se siente identificado con las protestas de los estudiantes, con la exigencia de la libertad, la justicia y los derechos sofocados desde hace algún tiempo en este hermano país.

Pero también hay que comprender que las  dictaduras y regímenes totalitarios, desarrollan tanto el culto a la personalidad que tratan de desarraigar de los seres humanos su identidad, su conciencia crítica, para poseerlos y disminuir la capacidad para tomar decisiones. Resulta curioso como el totalitarismo esgrime este mismo discurso como sustento de sus políticas frente al capitalismo alienante, sin reconocer que el totalitarismo es tan cosificante como el neoliberalismo.
La reciente quema del símbolo nacional cubano: la bandera, ha generado una especie de análisis reflexivo de mi parte en la que advierto al menos tres causas muy importantes para no perdernos en el odio y el rencor:

1) No hemos formado ciudadanos y ciudadanas que se reconozcan co-partícipes en una misma misión en este continente, no somos capaces de vivir la intersubjetividad en el sentido de no reconocer que nos hacemos, nos construimos, nos auxiliamos, nos re-conocemos en el otro, por tanto el cuidado de nosotros mismos, supone el cuidado del otro y  este cuidado del otro a la vez permite descubrirnos como sujetos de múltiples YO-ES, o sea somos una enteridad plural en la medida en que respeto y entro en relación con los otros. Ya lo decía muy bien José Martí: "Patria es Humanidad"

2)¿Qué significa una bandera para muchos hoy en día?  (Advierto a todos los que leerán este post que para mi la bandera cubana tiene el más pleno de los sentidos, me siento atravesado identitariamente en mi persona por este símbolo nacional que me conecta con mis antepasados, que influyen mi presente y re-construyen la utopía del camino por andar para llegar a la Cuba de plena libertad y derechos) pero no es menos cierto que tenemos una cuota de responsabilidad social, ciudadana y cívica al no responder a estos tiempos salvando, valorando, resguardando, respetando el símbolo como se merece.
Bandera cubana quemada en protestas de Venezuela
Está detrás de estas acciones el odio, el rencor, pero también una falta de valoración adecuada por parte de las naciones de lo que es una bandera nacional. Estos ojos, mis ojos, saliendo en cierta ocasión de mi casa en La Habana, vieron una calle cerrada con banderas cubanas que rozaban el piso, esto responde a una degradación del símbolo patrio, que nuestras nuevas generaciones, agitan en una marcha, como después les sirve de servilleta para agarrar una pizza al terminar el acto.
Eso por no mencionar la cantidad de deportistas que he visto salir irreverentemente colocándola en sus hombros de manera inadecuada.

3) No somos una unidad, nos falta afecto. La afectividad en los procesos de construcción de la paz se hacen cada vez más necesarios en nuestros contextos tan desarraigados, tan desiguales, con tantos intereses encontrados. De tal manera que es de suma importancia, descubrirnos seres de afectación, no podemos negociar el respeto, por tanto:  pueblo de Venezuela, pueblo hermano, pueblo querido; hay muchos cubanos que han traicionado su soberanía, pero hay otros que nos inscribimos en la lucha, los desvelos y el dolor del pueblo venezolano. Nos afectamos, en el sentido de que sentimos en carne propia, en alma propia, en el mismo corazón las balas asesinas de un gobernante sin cabeza, que ha pactado con el poder totalitario demoníaco de Cuba, pero al que no le pertenece la bandera cubana.
La Bandera cubana no debe ser confundida con un Partido o el proceso histórico de los últimos 55 años.
Pienso que mientras haya sobre la tierra un cubano, sientiendo con Venezuela, vale la pena el respeto, el afecto, la empatía, la recuperación del placer de encontrarnos con el otro desde la valoración de la diferencia y la humanidad.

Por último quiero terminar recordando una frase de Mahatma Gandhi que puede ubicarnos en perspectiva, junto al polo-shirt blanco de las marchas pacíficas, teniendo en cuenta la coherencia y sin perder el sentido. No es la quema de la bandera, la solución, el ejemplo es y seguirá siendo este: "La no-violencia no puede ser predicada, tiene que ser practicada".

sábado, 15 de febrero de 2014

Me duele Cuba, me duele Venezuela. (Mi tributo al joven Bassil Alejandro muerto recientemente)

Nací en Cuba y nacer y vivir en Cuba es de alguna manera experimentar lo que dice Virgilio Piñera en uno de sus cuentos fríos:  como en una especie de "linde de la existencia, en la que si bien no se está muerto, tampoco se está vivo", he habitado una existencia convulsa, soy hijo de una generación que ha pasado de todo. Recuerdo una vez que un amigo contemporáneo conmigo me dijo: Fui a una fiesta en Centro Habana, con música de los años 90's, la gente reía a carcajadas y yo comencé a llorar sin consuelo... Los 90's nos robaron muchas cosas y nos dejaron otras: Se nos fueron las latas de carne rusas, las leches condensadas, los dulces de cocos enlatados, los sorbetos;  pero también se fue la esperanza y se quedó la indefensión aprendida.

Protesta en Venezuela, 12 de febrero de 2014
Hemos tenido que reinventarnos... Yo en particular en otro país, he reinventado hasta La Habana en otra ciudad, remendando a retazos en otro lugar del mundo la ciudad de mis sueños. He reinventado, Camagüey sin tinajones, en esta ciudad que en algunos lugares aún le quedan tejas...
He tratado de encontrar los amigos y las amigas que dejé, pero los amigos que he encontrado, no han vivido junto a mi: mis sueños de niño, las preguntas adolescentes y no saben por consecuencia, por qué SOY TAN EDELL. Entonces: ¿Ya entiende usted por qué he dicho anteriormente "retazos"?
Todo este preámbulo para decir: ME DUELE TAMBIÉN VENEZUELA, me duele la muerte del joven Bassil Alejandro DaCosta, me duele que VENEZUELA esté siendo gobernada por un animal con ropa, estúpido, indolente, iletrado, irreflexivo; me duele que a algunos no les duela. Me duelen muchos venezolanos emigrantes, tratando de reinventarse en otros lugares del mundo, me duele que se repitan estas historias...

La utopía tiene algo de HORIZONTE, hay que avanzar, pero mientras más avanzas, más lejos está lo que deseas, sin embargo, no se gana nada sin ir a la conquista, quedándonos en la orilla, y quién sabe si mañana nuestra indignación, nos lleve a un futuro de Dignidad, Justicia y Derechos, secuestrados como santos de altar de los cuales ya no se esperan milagros.

Bassil Alejandro mortalmente herido en la Protesta, 12-F
muerto minutos  después.
No quisiera cerrar este post, de manera catastrofista, ojalá que los 90's nos nos hayan llevado la capacidad de pensar nuestra Patria para poder soñar la Patria que deseamos, como la soñaron Martí y Bolívar. No perdamos de vista que ser hijos e hijas de la Patria soñada es no olvidarla. Eso requiere de la valentía del joven Basil Alejandro, salir a buscar la libertad de Venezuela, expresándole a su madre: "si no regreso, es poque me fui con ella" Y no regresó...
Nos hacen falta muchos Basil!! pero no más muertes... Basil nuevo Bolívar, que vergüenza has tenido! Descansa en Paz e intercede por mí para ver si tengo la valentía de ser algún día un poquito Martí, "con todos y para el bien de TODOS".

 ¡Es el sueño mío, es el sueño de todos; las palmas son novias que esperan: y hemos de poner la justicia tan alta como las palmas! (José Martí - Discurso: "Con todos y para el bien de todos", Noviembre 1891)